#ElPerúQueQueremos

Berlín y el muro, a 25 años de su caída

Los restos de un icono, en una ciudad que sigue cambiando, no a gusto de todos

Publicado: 2014-11-06

Este verano regresé a Berlín, en un año muy singular para la capital alemana. Aparte de “confundirme” en la repentina efervescencia futbolera volví a pasear por mis lugares favoritos. Un cuarto de siglo después de la caída del Muro, Berlín sigue siendo “la ciudad de los constantes cambios”. Y el “avance” del cemento ha llegado a una zona que hasta hace algún tiempo se pensaba, o por lo menos así lo considerábamos algunos, invulnerable y “reservada” para la historia y el arte. En un país como Alemania, donde las cosas marchan “casi a la perfección” y se respeta y fomenta el arte y la cultura.

La East Side Gallery

la east side gallery, invierno 1995

vista panoramica,  julio 2014

El trozo más largo de muro que aún se mantiene en pie, como galería de arte al aire libre, ha sufrido una repentina metamorfosis en su entorno. De nada sirvieron las protestas y vigilias que pretendían evitar el retiro de una parte de la East Side Gallery. Unos seis metros de esta fueron removidos en marzo del 2013, para facilitar el acceso a la construcción de un edificio de apartamentos de lujo. Ha tardado pero ha llegado y el suelo del muro va "cotizando al alza".

panorama actual: edificaciones y carteles luminosos

Los nuevos vecinos de la East Side Gallery

Visto desde cualquier lugar, la enorme estructura del edificio a orillas del río Spree se impone en el horizonte. Mientras muchos aún no pueden explicarse cómo puede estar pasando esto, con un monumento y símbolo de la identidad berlinesa. Ahora no se sabe qué sucederá y si será necesario desplazar otra parte de la galería para continuar las obras. En tanto la empresa constructora promociona la venta de los exclusivos apartamentos y anuncia el término de la obra para el 2015. Un piso de aproximadamente 500m² puede conseguirse desde 6 millones de euros.

Vista desde el puente Oberbaumbrücke, sobre el rio spree

Tal vez en un futuro no muy lejano cueste encontrar restos de historia en una “selva de cemento”. Y sean las placas recordatorias el único derrotero. O en el peor de los casos las futuras generaciones deban conformarse con ver alguna maqueta del Muro de Berlín en tiendas para turistas. Situaciones realmente impensables pero no imposibles, visto lo visto.

el auto trabant y el muro, dos simbolos emblematicos 

…de que servía ser “libres” si no podían viajar al extranjero o ir de vacaciones como sus compatriotas occidentales

Cuando me mudé a Alemania, el país vivía aún la resaca de la unificación. Era finales de 1992. Berlín se consolidaba internacionalmente como una capital cosmopolita y posmoderna. Pero visto desde dentro era evidente el desconcierto de los ciudadanos de la desaparecida República Democrática Alemana. Había incertidumbre y no era para menos, con un índice de desempleo en desenfrenado ascenso y el cierre masivo de fábricas, importantes fuentes de trabajo en la Alemania oriental. En tales circunstancias se preguntaban de que servía ser libres si no podían viajar al extranjero o ir de vacaciones como sus compatriotas occidentales. Se respiraba frustración y hasta resentimiento.

Simultáneamente iban cobrando fuerza los estereotipos entre “ossis” y “wessis", términos que aludían a los habitantes del este y oeste respectivamente. Para los “ossis” ya había pasado la euforia y había que “poner los pies” sobre la tierra, ahora sin muro. Mientras los “wessis” asumían que la unificación les saldría cara, pensando en el “Impuesto de Solidaridad”. Entonces escuchar sus relatos era literalmente recibir información de primera mano. Recuerdos de algunos años de mi vida que tuvieron como escenario la ciudad del muro.

La “Sinfonía de grúas”

Eran tiempos en que ese suelo, ya “sin muro”, empezaba a verse invadido por gigantescas grúas, que iban instalándose en la nueva y unificada capital alemana. La “sinfonía de las grúas”, como se le llamaba popularmente. Los proyectos de construcción se multiplicaban: la nueva sede del gobierno central (que se mudaba de Bonn a Berlín), nuevos centros financieros, comerciales, culturales, de vivienda, etc. Enormes terrenos eran objeto de una acelerada planeación urbana pero también eran blanco de la más brutal especulación comercial.

Potsdamer Platz 1995

centro de berlin este con el REICHSTAG (parlamento aleman) al fondo, 1995

Hoy esas gigantescas estructuras metálicas siguen formando parte del paisaje berlinés, sembrando su suelo de nuevas obras de construcción. La caída del muro abrió a occidente y sus transnacionales un "mercado virgen". Pero ¿Cuánto ha costado finalmente la unificación alemana? Según un estudio de la Universidad Libre de Berlín, difundido este año, la suma total asciende a 2 billones de euros. Pagados no solamente por los contribuyentes germanos sino también por Europa. Esfuerzos que han hecho de Alemania constituirse de nuevo en una potencia europea.

…homenaje a la libertad: Die Freiheit

Aquella noche del 9 de noviembre de 1989 el noticiero de mayor sintonía de la televisión pública alemana titulaba inesperadamente: “La RDA abre sus fronteras”. Detonante que lanzó a las calles a miles de alemanes del este. De pronto, después de 28 años el Muro de Berlín había perdido su imagen aterradora. Esa “franja de la muerte" que aislaba Alemania Oriental de la Alemania Occidental. Conocido también como el “Muro de Protección Antifascista” o “Muro de la Vergüenza”. Los propios ciudadanos berlineses empezaron la destrucción de esa mole de hormigón, de casi 4 metros de altura, con todos los medios que encontraron a su alcance.

Fue entonces que algunos artistas alemanes, de ambos lados del muro, promovieron la idea de salvar un trozo de la emblemática muralla. En marzo de 1990 se inauguraba la East Side Gallery sobre una extensión de 1.316 metros en la calle Mühlenstraße, a lo largo de la rivera del río Spree. En el límite de los distritos de Kreuzberg (al oeste) y Friedrichshain (al este). Más de 100 artistas de todo el mundo fueron invitados a pintar murales rindiendo homenaje a la libertad: Die Freiheit. Pinturas que documentan en parte el júbilo desatado por la reunificación alemana y la esperanza por un mundo mejor.

el mural mas fotografiado, obra del ruso Dmitri Vrudel

Algunas películas recomendadas por la autora;

Good Bye Lenin, Wolgang Becker, Alemania 2003

Das Leben der Anderen, Florian Henckel , Alemania 2006

El Túnel (Der Tunnel), Ronald Suso Richter, Alemania 2001 


Escrito por

Momentos.MaríaD.

María N. Domínguez, Documentalista, Periodista de investigación.


Publicado en